Respecto a las heridas de infancia, me gustaría ayudarte a tomar consciencia de que la mayoría de tus acciones y formas de pensar, provienen de los sucesos que viviste en la temprana infancia.
Resulta que cuando somos niños creemos que el mundo gira al rededor nuestro, y por tanto, cualquier problema que ocurra a nuestro al rededor, lo integramos como propio y, de la misma forma, pensamos que es nuestra culpa. Asimismo, es que a esa edad no tenemos los mismos mecanismos de defensa que ahora, y por lo mismo, a modo de defensa postergamos el conflicto.
Es así, que años más tarde el conflicto se repite una y otra vez a modo de resolucionarlo. Comúnmente creemos que es mala suerte “siempre me pasa lo mismo” o simplemente optamos por creer que así es la vida. Pero lo cierto es que simplemente una repetición que nosotros mismos buscamos inconscientemente.

De esta forma, es que por ejemplo, tenemos una persona en que la madre le fue infiel al padre, y como vimos anteriormente, el niño siente esta infidelidad como si a él le hubieran sido infiel. Por lo mismo, crea una personalidad controladora para que así nunca más nadie lo vaya a engañar. Sin embargo, sin darse cuenta, años más tarde busca inconscientemente parejas infieles.
Esto no es maldad, es el niño interno gritando desesperadamente que solucionemos el conflicto antes vivido, es decir, esas parejas infieles están en nuestras vidas para hacernos saber que debemos sanar nuestra infancia.
Este tema es el principal en mis terapias, ya que tanto los sucesos del día a día, como también las enfermedades y formas de pensar, se deben a conflictos no resueltos en la infancia, tales como injusticias, rechazos, traiciones, humillaciones y abandonos.
Te invito a dejar de repetir la misma historia. Sé el adulto que te hubiera gustado tener a tu lado
La forma más eficaz de romper con estos patrones repetitivos es hacerlos conscientes en terapia, en especial la transgeneracional que trata los desordenes del árbol genealógico.
Por lo general, las heridas de infancia tienden a propagarse a través de las generaciones, y tal como ves en la imagen, aquel padre golpeado de niño, luego golpea a su hijo. Es ahí la necesidad del análisis genealógico, ya que las cosas que te suceden a ti responden a un sinfín de suceso que ocurrieron mucho antes de que nacieras.
Sin tomar consciencia, de una u otra forma, simplemente estamos repitiendo la historia familiar una y otra vez.
