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Sanar es un arte, y igual que un artista construye y reconstruye su obra una y otra vez hasta alcanzar la perfección, quien quiere estar en paz debe hacer exactamente lo mismo. Este es el arte de volver a la vida.
Tenemos la creencia de que existe un “merecimiento” y cuando la vida nos pone a prueba decimos “Yo soy bueno, no merezco esto”, pero la verdad nadie merece lo “malo”. Ser una buena persona no te ahorra las experiencias difíciles. Estas vendrán de todas formas y su dificultad dependerá única y exclusivamente de nuestra capacidad de entendimiento de la situación.
La mayor parte del tiempo vivimos las experiencias dramáticas como si se dieran de forma azarosa, como si fuera mala suerte, pero la verdad hay un inconsciente y un pasado sin sanar que determina esas experiencias.
En este libro no se busca la alegría ni la paz, ya que son estados naturales del ser, lo que se busca es sanar todo aquello que te impide ser feliz y disfrutar el momento actual; nuestra historia familiar, heridas de infancia, condicionamientos sociales y nuestros mismos mecanismos de defensa.